domingo, 29 de mayo de 2011

El fin está cerca

Según cierta profecía maya se aproxima la fecha, la fecha en la que le van a dar por culo al mundo y por consiguiente a sus habitantes usease a todos nosotros.
Esta más que probada teoría ha motivado ciertos comportamientos sociales, que se adopten ciertas posturas con respecto a nuestro cercano final.
Algunos grupos de personas se aglutinan en torno a la localidad francesa de Bugarach para molestia e infortunio de sus habitantes, los cuales, día si día no se acuerdan de los mayas y de la puta que los parió.
Otros habitantes terrícolas muestran una actitud agnosticismo mayístico ignorando o pretendiendo ignorar que el fin esta cerca.
Pero entre las muchas formas de afrontar nuestro fatídico e improcedente destino hay una que yo considero la más correcta, sin que por eso las demás dejen de serlo.
Aguardaré el final de los tiempos rezando, no a Jesucristo, ni Alá, no a Buda ni a Shivá. Yo rezo a San Pedro, unica y exclusivamente a San Pedro. San Pedro, al que debido a la constancia de mis rezos me he tomado la libertad de llamarle Pedrito o Pedro a secas, es según los relatos bíblicos el guardián de las puertas del cielo. Según mis propias teorías, es el portero. Así es amigos, el portero de esa gran discoteca que se llama "Cielo" para algunos gran falacia histórica con la cual se mantienen activas todas las religiones del mundo, para otros también.
Religión aparte, cuando la profecía se materialice allá por el año 2012 al mundo le entrará un chungo de colosales proporciones, que nos mandará a todos a realizar puñetas. Alrededor de 7.000 millones de personas tomarán por culo al unísono en tan fatídica fecha.
Imaginemos la cola en las puertas del cielo, cada uno con su expediente vital, previamente expedido en el purgatorio. Imaginemos a Jesucristo dando la bienvenida a las más ilustres personalidades mundiales. Pero para el común de los mortales nos aguardan largas horas de cola e incertidumbre con la constante amenaza de ser deportados a los infiernos.
Será en ese momento cuando mis plegarias pedrícolas surtirán efecto. Ese gran portero llamado San Pedro, o Peter el Negro para los amigos, pinganillo en oreja y lista en mano. Explotado durante siglos, subdios y responsable del acceso al paraíso.
Con constantes rezos nos ganamos su favor en forma de acceso Vip, no nos engañemos amigos, Jesucristo dando bienvenidas y pasando del personal tal y como acostumbra.
Pedrito nos garantizará una plaza en el cielo, pues se haya falto de rezos y halagos y mis fuentes me comunican que se encuentra hasta los tolondros del cielo y en especial de la puerta que quema mucho.

Un gracias San Pedro, un hágase tu voluntad Pedrito, un te damos gracias por mantener el buen ambiente que reina en el cielo. Esas frases que tan poco nos cuesta pronunciar nos puede ahorrar horas y horas tramites burocráticos, colas e incertidumbre previa al masivo alojamiento celestial.

Va por ti Pedrito.

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