martes, 31 de mayo de 2011

INDIFERENCIA SOCIAL

Egoísmo, esa es la palabra que podría definir a la perfección los tiempos que corren, una era de egoísmo y egocentrismo, donde lo que importa es lo mio lo mio y después lo mio. El ser humano no empatiza con sus semejantes y tenemos la sensación de ser navíos de papel flotando a la deriva en un mar de gente.
 Por suerte, aún queda un pequeño ápice de humanidad en la sociedad actual, algo por lo cual merece la pena seguir creyendo en la raza humana con sus virtudes y sus defectos.
¿Y que es eso se preguntarán? He aquí la respuesta, el motivo de esta esperanza social se haya en la preocupación que siente el prójimo por el sobrepeso, no el propio, sino el ajeno.
Permítanme desarrollar mi teoría. Permitanme reproducir la siguiente correspondencia

-- Querido Ildefonso, quisiera pedirte un enorme favor, que si a bien tuvieras realizar me harías muy dichoso. Me encuentro en una delicada situación financiera y preciso de tu auxilio monetario. Sin otro particular, siempre tuyo Evaristo.
-- Honrado me siento de recibir correo de tan distinguida persona, que si en apuro se encuentra, con un amigo aquí cuenta, duro no tengo mas gordo te encuentro, para mi Evaristo, eres más un hermano que un amigo, motivo por el cual de tu salud e imagen me preocupo, y encuentro en tu contorno ciertas irregularidades que me preocupan enormemente. Recibe mi más caluroso saludo, Ildefonso.
-- Ildefonso querido, si efectivo no me prestas, encarecidamente le ruego, que su opinión acerca de mi fisico por el recto se meta. Mi más cordial saludo, Evaristo. Pd. Me follé a tu mujer con todos mis kilos puestos.

Y así terminó una amistad de meses. De esta forma tan trágica.Una historia de kilos y cuernos. Dramática.
Ser gordo es una bendición divina de San Pedro en persona, suscita la envidia en propios y extraños, crea una preocupación casi siempre inversamente proporcional a la confianza que se tiene con el sobrepesado.
Señores, me gusta ser gordo,  y no es un hecho aislado que lo soy. La gordura cierra las puertas de la atracción física pero abre las de la atracción social, dejando ver la persona que en el interior se encuentra.
El gordito medio, por lo general es simpático y bonachón, bondadoso y cariñoso, mientras que el esmirriado tiene un carácter mas próximo al felino indignado, posiblemente motivado a que durante sus primeros años de existencia fue comparado con otros bebes mas rollizos y en consecuencia más hermosos, marcando así un sentimiento de resentimiento. ¿Hitler era gordo? Chanquete era regordete y sobra decir quien derrochaba más bondad.
Pero la preocupación que en la sociedad despiertan los cursimente llamados "kilitos de más" es terrible.
En este caso la expresión "La paja en el ojo ajeno" deberíamos cambiarla a "La tremenda gallarda en la cara ajena". Que un señor cincuentón, de oronda cintura, fumador de ducados y aficionado al coñac matutino critique mi gordura lo encuentro de todo modo inaceptable.
El motivo por el cual poseo los kilos que poseo, es porque obsequio a mi paladar con grandes manjares. Poseo un sistema digestivo entrenado y preparado para las mayores exigencias. No recuerdo un mal dolor de estómago ni molestia digestiva en años, en cambio, los delgados, padecen de ardores y molestias que acabarían con una hipopótama adulta
La envidia del colectivo delgado es grande y verde como cualquier cosa que sea verde, camuflada en una falsa preocupación. Quien no ha sufrido autenticas conferencias médicas por parte de algún individuo de probada ignorancia. Seres que se ven a si mismos como reputados médicos en el campo endocrinología. Personas que se creen en situación de dar consejos digestivos al prójimo.
¿Alguien se ha parado a pensar que hay gordos que disfrutan de sus kilos? ¿Alguien conoce a Homer Simpson?
Hago un llamamiento público a todos los gordos del planeta, la unión hace la fuerza o bebés según se aplique. Gordos de España, reivindiquemos nuestro derecho a poseer kilos de más o de menos según se antoje la voluntad o las circunstancias.
Por supuesto hay gente para la cual la gordura es una maldición ya que acarrea mas disgustos que otra cosa, pues aún así, los muchísimos endocrinos que forman la sociedad española siguen martilleando con sus consejos y sabias reflexiones, causando en los afectados un profundo y más que justificado sentimiento homicida. La frase "Deberías perder peso" debería ser contestada con un disparo de escopeta sin responsabilidad penal alguna.
Carmen de Mairena, King Africa, Homer Simpson, El Sevilla, Flo, Papa Noel..todos ellos son personas de la pradera, son individuos rollizos y gozan de mi absoluta admiración y bendición.
Por el derecho a poseer miles y miles de gramos.
                          EL BUDA NO PUEDE ESTAR EQUIVOCADO

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